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quién carajos fue el dr sarno y cómo me puede ayudar con mi prostatitis — 10 lecciones de sarno



17th June, 2021

 

Aunque puede que no sea un nombre familiar, Sarno fue probablemente el médico especialista en dolor más famoso del mundo. Antes de su muerte el 22 de junio de 2017, un día antes de su 94 cumpleaños, publicó cuatro libros y construyó un seguimiento de culto de miles de pacientes.

Cuando mis síntomas eran insoportables encontré por casualidad una recomendación del Dr Sarno en un foro. Tenía curiosidad y compré el libro que juraba curar mi dolor después de haber leído lo que cientos de personas han compartido con historias milagrosas de transformación influenciadas por Sarno en un sitio web independiente llamado Thank You, Dr. Sarno. (“Sé que nunca te gustó escuchar esto, pero te debo la vida”, dice la última entrada).

TABLA DE CONTENIDOS

  • 1. El dolor crónico proviene de la tensión emocional, según el Dr Sarno

  • 2. Cuchillo cae en la cabeza de un hombre chino
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  • 3. 10 lecciones de Curar el Dolor de Espalda por el Dr Sarno
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  • 4. Mis pensamientos finales


  • Me llamó la atención otro agradecimiento: “Fue lo más parecido que he tenido a una experiencia religiosa en mi vida”, dijo, “y lloré”. “Fue transformador”. Añadió: “Mi dolor de espalda definitivamente ha sido algo de lo que debo aprender: es un destello de mi cuerpo que me dice que algo está sucediendo emocionalmente, y que debo hacer frente”.

    Cuando yo mismo leí "Sanando el dolor de espalda" por el Dr. John Sarno, sentí que las cosas en verdad iban a mejorar. Aunque no fue el primer libro de mente-cuerpo, crecimiento personal o autodesarrollo que leí, tuvo un impacto lo suficientemente significativo en ese momento como para ayudarme a sanar el Síndrome de Dolor Crónico Pélvico / Prostatitis que había estado conmigo por más de 5 años.

    Miles de personas, incluido yo, curamos nuestro dolor crónico en cualquier parte del cuerpo usando los métodos del Sarno entre otros métodos. Cabe aclarar que el Dr Sarno era especialista en dolor crónico de espalda, pero sus devotos no solo sufrían de este.

    1. EL DOLOR CRÓNICO PROVIENE DE LA TENSIÓN EMOCIONAL, SEGÚN EL DR SARNO


    La idea central de Sarno es simple (y el libro en sí es breve): el dolor físico crónico a veces puede ser el resultado de la tensión emocional. Podemos sentir un dolor mensurable y cuantificable en todo nuestro cuerpo, escribe, en respuesta no a una lesión sino a la angustia y al estrés emocional. Y nuestras mentes crean este dolor (a menudo al privar de oxígeno a ciertas partes del cuerpo) para distraernos de estas emociones “inaceptables”, como la ansiedad, la ira o el miedo. Cuando no se abordan o se reprimen, dice, estas emociones pueden esencialmente inmiscuirse inconscientemente a través del cuerpo para emerger en otra parte como dolor físico.

    El enojo no tratado, por ejemplo, puede convertirse en Síndrome de Dolor Crónico Pélvico / Prostatitis (o dolor de espalda, o dolor en cualquier parte). El doctor Sarno empezó a notar que el dolor en los pacientes se intensificaba cada vez que estaban estresados, pero después de leer los libros de Sarno, la incomodidad casi desapareció por completo. Muchos de ellos afirman haber sido curados por Sarno, quien esencialmente argumentó que el dolor crónico es un padecimiento psicosomático. El propio Sarno solía decir que alrededor del 80 por ciento de sus pacientes mejoraban.

    Carajo, pensé. ¿Qué tanta credibilidad le podría dar a un libro sugiriendo que mi dolor crónico pélvico y mis otros síntomas se deben a que estoy enojado todo el tiempo con mi novia? Yo, un hombre que cree en la ciencia y en la investigación, en primera instancia, menosprecié las lecciones de este.

    Que equivocado estaba.

    Y es probable que no me creas o tal vez cree que estoy loco. Y sí, tal vez me falte un tornillo, pero no en este caso.

    Y si estoy loco, ¿cómo explicas lo siguiente?

    2. CUCHILLO CAE EN LA CABEZA DE UN HOMBRE CHINO


    En 2014, el Huffington Post publicó un articulo titulado “Cuchillo cae del cielo en la cabeza de un hombre chino.” En él, habla de un hombre chino que se encontraba caminando de la calle cuando de la nada le cayó un cuchillo en la cabeza, pero no fue hasta que otro hombre le indicó que tenía un cuchillo enterrado en la cabeza que el dolor pasó de solo sentirse pesado a ser un dolor de cabeza insoportable.


    No me creas a mí, pero compruébalo tú mismo en este enlace.

    Con el dolor persistente, el sistema nervioso central (tu cerebro y tu espina dorsal) juegan un rol importante controlando como te sientes. De acuerdo a la Asociación Internacional del Estudio del Dolor, el dolor es descrito como “una sensación no placentera y una experiencia emocional” en respuesta al “potencial o real daño al tejido”. Por lo tanto, el dolor que sientes no solo es experimentado en el tejido; es creado primero en el cerebro.

    Tu cerebro interpreta dos tipos de dolores. Uno es el dolor perceptible, que es una respuesta a un estimulo doloroso proveniente de un órgano o de algún tejido. Por ejemplo, si pisaste un clavo o te cayó un cuchillo del cielo en la cabeza como a nuestro amigo chino, lo sabrías. El segundo es el dolor neuropatico, que es un dolor producido en el sistema nervioso central. El dolor neuropatico es comumente asociado con dolor persistente donde el sistema nervioso es sensible a la más mínima información de daño sin depender si el tejido ha sido perjudicado o no.

    Pero no todo está en tu mente. Tu cuerpo también tiene sensores/detectores. Estos sensores envían impulsos eléctricos a tu cerebro para ser procesados. Por ejemplo, cuando estás hablando con tus amigos, ¿qué es lo que te permite escucharlos? Es probable que hayas dicho que tus oídos, y esto es parcialmente cierto. Tus oídos son perceptibles al sonido recibido, creando vibraciones que estimulan las pequeñas células, enviando nervios a tu oído interior. Estos envían señales eléctricas a tu cerebro para traducir esas vibraciones en palabras que tú puedes entender.

    Esos pequeños sensores son encontrados en todos lados: en tus ligamentos, articulaciones, músculos, huesos, sangre, nervios, órganos. Podría seguir aquí todo el día. Estos sensores responden a la temperatura, toque, presión, estiramiento, movimiento, olor, visión, pensamientos, estrés, ruido. Todos estos, también son afectados por nuestras emociones tanto para bien como para mal.

    El dolor “parece un precio muy alto” por la angustia emocional, escribía Sarno, “pero entonces el funcionamiento interno de la mente no se conoce realmente, y solo podemos sospechar su profunda aversión a los sentimientos aterradores y dolorosos”.

    (El Dr Sarno no sugiere que el dolor sea imaginario. Tampoco, sugiere que todo dolor físico tenga una causa emocional, por supuesto, y alienta a los lectores que sospechan que tienen lesiones o enfermedades agudas a buscar ayuda de otros médicos).

    Sarno murió en 2017, a los 93 años, poco antes del lanzamiento de un documental sobre su vida y enseñanzas, llamado All the Rage (Saved by Sarno). El documental — que incluye testimonios de famosos como Howard Stern, entre otros — vale mucho la pena ser visto.

    3. 10 LECCIONES DE CURAR EL DOLOR DE ESPALDA POR EL DR JOHN SARNO


    A lo largo de mi viaje sanando yo mismo, y ayudando a personas que luchan con la prostatitis, he encontrado varios libros y recursos que me ayudaron a cambiar mi vida y la de otros hombres con Síndrome de Dolor Crónico Pélvico / Prostatitis. Mi intención con este blog es compartir algunos de estos recursos con ustedes. Aprender cómo otras personas transformaron sus vidas para bien me inspira y me ayuda a mantenerme en el camino de una vida sin dolor. Espero que compartir estos recursos e historias sobre mi curación les dé un poco de esperanza en su viaje para vivir sin dolor también. Un recurso indispensable para sanar la prostatitis sin duda sería el libro del Dr. Sarno.

    Hay tantas lecciones importantes en él, que decidí resumir los diez más importantes aprendizajes de él.

    Mientras leía Sanando el dolor de espalda, me di cuenta por primera vez de que podría ser posible vivir una vida diferente y sin dolor. Parece tan extraño cuando miro hacia atrás ahora, pero, sinceramente, nunca pensé que vivir sin dolor fuera posible. Había vivido con Síndrome de Dolor Crónico Pélvico / Prostatitis durante tanto tiempo y escuché de los médicos con tanta frecuencia que no había nada que se pudiera hacer, que no había una causa obvia de mi dolor y que tendría que aprender a vivir con él, que eso es lo que estaba haciendo. Viviendo con eso. Creyendo aceptarlo. Y como muchos hombres, esto me afectó en otras áreas de mi vida.

    Quiero que recuerdes esto, y lo tengas en mente mientras vas leyendo: el síndrome de miositis tensional por sus siglas en inglés TMS o también conocido por el nombre de síndrome de mente y cuerpo.

    Quiero que recuerdes esto, y lo tengas en mente mientras vas leyendo: el síndrome de miositis tensional es por sus siglas en inglés TMS o también conocido por el nombre de Síndrome de Mente y Cuerpo.

    En su trabajo en el Rusk Institute of Rehabilitation Medicine de Nueva York, el Dr. Sarno vio muchos casos en los que sus pacientes no respondían como se esperaba a los tratamientos convencionales. Observó que, además de sus quejas (principalmente problemas de espalda, cuello y hombros), sus pacientes a menudo compartían un patrón común de tensión y estrés.

    En Healing Back Pain en inglés (y en sus otros libros), el Dr. Sarno presenta el concepto de síndrome de miositis tensional (TMS). Como ya dije, el TMS a menudo se conoce como síndrome de mente y cuerpo, y en mi opinión, los términos dos términos aplican a la perfección. El Dr Sarno definió el TMS como “un cambio de estado en el músculo que duele”.

    Hablaré sobre las muchas caras de TMS en otra publicación, pero creo que es importante reconocer desde el principio que esta condición puede manifestarse de muchas maneras diferentes. El Dr. Sarno trabajó inicialmente con dolor de espalda, cuello y hombros, pero hay muchos más ejemplos de cómo el dolor se manifiesta como síntomas y afecciones dolorosas en otras partes del cuerpo siendo el Síndrome de Dolor Crónico Pélvico / Prostatitis el que nos concierne a nosotros. Estos incluyen dolores de cabeza, migrañas, dolor pélvico, intestino irritable y otras molestias gastrointestinales, fatiga crónica, fibromialgia, tensión repetitiva, vértigo, mareos, insomnio e incluso equivalentes psicológicos como ansiedad, depresión, fobias y trastornos.

    Aunque se han realizado muchas investigaciones nuevas sobre la conexión mente-cuerpo y cómo funciona el cerebro desde que se escribió Healing Back Pain, a menudo me encuentro volviendo a la base sólida que estableció el Dr. Sarno.

    Esto es lo que aprendí de Healing Back Pain:

    1. Es más que un dolor físico

    Posiblemente mi descubrimiento más importante fue el haber aprendido que el dolor físico no necesariamente tiene causas físicas. Parece algo tan lógico ahora, pero cuando leí por primera vez que el dolor emocional podía manifestarse como una variedad de síntomas físicos, fue algo que rompió varios parádigmas.

    2. Las emociones no trabajadas son emociones reprimidas

    Esto es básicamente lo mismo que cuando estamos limpiando nuestra casa y levantamos la alfombra para barrer la basura debajo de ella. El hecho que no podamos ver la basura no quiere decir que ya no exista.

    Para las personas que tienen emociones no trabajadas, nuestra tendencia incorporada es reprimir las emociones desagradables, dolorosas o vergonzosas. Cuando reprimimos estas emociones, nuestros cuerpos responden a las amenazas reales y percibidas que componen nuestra vida, aunque no somos conscientes de toda la acción que está sucediendo “debajo de la piel”, por así decirlo.



    Poner la basura debajo no sirve.

    3. El papel de la privación de oxígeno

    Mientras reprimimos nuestras emociones, nuestro — muy inteligente — sistema nervioso autónomo activa nuestra respuesta de lucha-huida. Como parte de esto, el oxígeno en nuestro suministro de sangre se canaliza a todos los órganos grandes necesarios para montar una defensa contra la amenaza. Esto significa que se drena menos a partes más pequeñas, como nuestros músculos, nervios, tendones y ligamentos. La falta de oxígeno significa que experimentamos tensión, disfunción y dolor físico.

    Las emociones reprimidas, ignoradas y / o no resueltas pueden causar dolor físico. Es realmente así de simple. Y así de poderoso. 

    4. El no tener conciencia complica los síntomas

    Por desgracia, las cosas se complican por el hecho de que la mayoría de nosotros, la mayor parte del tiempo, ni siquiera somos conscientes de que estamos reprimiendo nuestras emociones. Para algunos de nosotros, controlarlas, esconderlas y / o ignorar nuestras emociones se ha convertido en una parte tan integral de cómo vivimos que ni siquiera nos damos cuenta de que emociones tenemos en el día a día.

    Como explica el Dr. Sarno:

    “Es un hecho interesante que la inmensa mayoría de la actividad emocional y mental ocurre por debajo del nivel de conciencia. La mente humana es algo así como un iceberg. La parte de la que somos conscientes, la mente consciente, representa una parte muy pequeña del total. Es en la mente subconsciente donde continúa todo el complicado procesamiento”.

    “Esta condición comienza y termina en el inconsciente”.


    La mente es un iceberg, y nosotros, las víctimas del dolor crónico somos el Titanic.

    Mientras leía el libro, reconocí que aún no sabía que estaba sucediendo debajo de mi mente consciente, pero saber que ALGO estaba sucediendo que estaba causando una reacción en mi cuerpo fue una revelación alentadora para mí. Me dio la confianza que tanto necesitaba para comenzar a aceptar esta nueva forma de pensar sobre mi dolor.

    5. El poder de la distracción

    Trabajando con un colega psicoanalista, el Dr. Sarno descubrió que hay otro “componente” más activo aparte del dolor, uno que trabaja a propósito para distraerte de descubrir lo que está sucediendo en tu mundo emocional. Las distracciones físicas (es decir, el dolor) funcionan muy bien como mecanismos de defensa contra nuestras emociones que brotan a la superficie porque “tienen la capacidad de captar realmente la atención, especialmente si son dolorosas, atemorizantes e incapacitantes”. Yo he estado allí, y puedo dar fe de la veracidad de esas palabras.

    Es casi como si la mente decidiera que un dolor físico es preferible a uno emocional. Entender esto me ayudó a ver más claramente el papel que jugaba el dolor físico en mi vida y cómo me estaba ayudando a evitar algunas cosas emocionales no tan agradables. Alguien con TMS está sufriendo mucho más que solo el dolor físico del momento.

    El síndrome de miositis tensional (o TMS por sus siglas en inglés) es el nombre dado por el Dr. John E. Sarno al padecimiento caracterizado por una sintomatología tendinosa, musculoesquelética o nerviosa, en el que destaca el dolor crónico.

    6. El condicionamiento detrás del dolor

    El Dr Sarno explica cómo podemos condicionarnos a creer que una determinada actividad, o incluso una persona, una época del año o un lugar, puede causar dolor.

    Por ejemplo, te levantas de la silla un día y sientes una punzada en la zona pélvica, es posible que tu cerebro asocie estar sentado con la causa de tu dolor. Tu cerebro espera que sientas dolor cada vez que te sientes. Sin siquiera darnos cuenta, creamos hábitos que no nos sirven bien y que pueden ser realmente difíciles de romper, especialmente si no somos conscientes de lo que está sucediendo en primer lugar. El poder del condicionamiento puede ser tan fuerte que incluso podemos estar condicionados por cosas que la gente nos dice o leemos, lo que hace que sea aún más complicado romper con los malos hábitos.

    El Dr. Sarno, y otros autores que leí posteriormente, citan muchos ejemplos fascinantes de cómo el condicionamiento contribuye al dolor. ¡Parece que nos parecemos más a los perros de Pavlov de lo que muchos de nosotros querríamos creer!

    Al principio, era un poco escéptico sobre el papel del condicionamiento, pero con el tiempo, me he vuelto más hábil para detectar cuándo me está sucediendo esto.


    Estamos condicionados como perros a sentir dolor en situaciones que nuestra mente ya tiene predeterminadas.

    7. La influencia de la personalidad

    El libro Healing Back Pain incluye varias anécdotas sobre el tipo de personas que comúnmente experimentan el TMS. Otros recursos discuten el papel de la personalidad con más detalle, pero para empezar, la opinión de Sarno era que las personas que tienen TMS:

    -Son perfeccionistas
    -Necesitan sobresalir, no solo lograr
    -Son competitivos, decididos a salir adelante y más críticos consigo mismos que los demás
    -Trabajan duro, a veces en exceso
    -Se preocupan mucho
    -Son a menudo compulsivos y se irritan fácilmente
    -Tienen baja autoestima y sentimientos de inferioridad profundamente arraigados
    -Tienen un fuerte sentido de la responsabilidad
    -Son a menudo personas de éxito. (Esta es la que mejor aplica en mí. ¿Mencione que soy humilde?)

    No fue una gran revelación para mí admitir que muchos de estos se aplicaban a mí. Ya estaba bastante convencido de que este era mi perfil, antes de leer esto, pero las descripciones del Dr Sarno de las personalidades de sus pacientes ciertamente me ayudaron a entender todo.

    8. La curación comienza con la conciencia

    Para algunos, el simple hecho de saber que la fuente de sus síntomas es la tensión interna es suficiente para que su dolor comience a desaparecer. El Dr. Sarno informa que aproximadamente el 95% de sus pacientes pasaron por su programa (y curaron su dolor) sin necesidad de hacer otra cosa. Mejoraron solo porque se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo entre sus mentes y sus cuerpos.

    Por alentador que parezca, por lo que he aprendido y experimentado personalmente al leer al Dr Sarno, no estoy seguro de que sea un reflejo exacto de lo que realmente sucede. Creo que esperar el éxito de la noche a la mañana puede llevar a la gente a la decepción y la frustración (y sí, ¡recuerda que las personas descritas por el Dr Sarno, tienden a ser perfeccionistas!)

    Sin embargo, estoy de acuerdo con que la conciencia es una base esencial para nuestro viaje para salir del dolor. Incluso una simple comprensión de cómo reaccionan nuestros cuerpos al estrés y el trauma puede ser suficiente para poner en acción milagros curativos. Lo he visto desarrollarse tan a menudo en mi propia vida y en la de otros hombres. Estoy firmemente convencido de que el crecimiento y la expansión continua de nuestra conciencia es un componente fundamental de cualquier viaje de curación (en cualquier área de la vida, en realidad, no solo en lo que respecta al Síndrome de Dolor Crónico Pélvico / Prostatitis).

    Sin embargo, al igual que con cualquier viaje nuevo, no siempre es fácil y he descubierto que tampoco es un proceso lineal. Sin embargo, hay algunas herramientas y recursos increíbles disponibles ahora que pueden ayudar con la curación.

    El primer paso a menudo implica ser capaz y estar dispuesto a ver las cosas de una manera diferente y comenzar a pensar de manera diferente sobre cómo y por qué está experimentando dolor. Para citar al querido y sabio Dr. Wayne Dyer, cuando cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian. He descubierto que esto es cierto muchas veces en mi propio viaje de sanación.

    9. Educación: un factor clave

    Una vez que comenzó a cambiar la forma en que trataba a sus pacientes, el Dr. Sarno comenzó a ver resultados sorprendentes. En lugar de depender de tratamientos físicos, comenzó a enseñarle a la gente lo que pensaba que les estaba pasando. Para su propia sorpresa, este enfoque basado en la educación arrojó buenos resultados. Le quedó claro que “educar al paciente sobre los porqués de su dolor era el factor crucial”. Su plan de tratamiento pasó de las intervenciones médicas a talleres, las discusiones en grupos pequeños, los libros y los videos.

    Todos somos diferentes y es natural que nuestras capacidades, niveles de interés y disposición para absorber información sean diferentes. Cuando se trata de curarnos del dolor, creo que el secreto es encontrar nuestro propio punto óptimo, ese lugar donde sabemos lo suficiente sobre el dolor y la fuente de nuestro dolor para comenzar a curar, pero no tanto que el proceso educativo en sí se sienta abrumador y justo como otra fuente de estrés. Es fácil ver cómo esto podría volverse contraproducente.

    Soy un buscador de hechos de base dura, por lo que para mí, el conocimiento es empoderador. Soy adicto a los hechos (ya sé, excesivo o compulsivo). Me he fascinado infinitamente con el cerebro, el dolor y la neuroplasticidad. Sin embargo, muchos otros hombres no comparten mi deseo de absorber los detalles. Están muy felices de aprender los conceptos básicos y continuar con el negocio de la curación. Eso también funciona.

    De cualquier manera, sea cual sea tu estilo o enfoque natural de aprendizaje, parece que la repetición y el refuerzo son importantes. Esto tiene sentido para mí. No creo que muchos de nosotros aprendiéramos nuestro ABC o tablas de multiplicar simplemente leyéndolos una vez. Lo mismo ocurre con la EMT; para muchos de nosotros, este es un enfoque completamente diferente del dolor, la salud y la curación. Es comprensible que los conceptos tarden un poco en asentarse cómodamente.

    Ya sea que aprendas mucho o poco, lo importante es que aprendas lo suficiente para romper tu ciclo de acondicionamiento para que puedas comenzar, y mantener, tu viaje de curación.

    10. De vuelta a lo físico


    Una de las cosas que sucede cuando tenemos dolor crónico es que comenzamos a vivir nuestras vidas de manera diferente. Poco a poco, dejamos de hacer cosas porque duelen, o comenzamos a hacer cosas nuevas para evitar llamar al dolor. Los “expertos” opinan sobre cómo debemos descansar las partes doloridas del cuerpo y tratar las áreas lesionadas con cuidado.

    La opinión del Dr. Sarno es un poco diferente. Para algunos, su postura requiere un tiempo para acostumbrarse y, a menudo, mucha fe. ¡Nadie dijo que la curación fuera sencilla!

    El Dr. Sarno creyó que es importante reanudar toda la actividad física lo antes posible. Una vez que hayas aceptado el diagnóstico de TMS, y hayas descubierto lo que realmente está sucediendo con tu dolor, se deduce que no hay nada físicamente mal en ti. No hay más razón para no hacer las cosas que quieres hacer y pensabas que ya no podías. Sarno reconoció el papel que juega el miedo para mantenernos estancados y anima a todos sus pacientes a reanudar sus actividades normales, incluso si tienen miedo. Utilizando la misma lógica, también recomienda que los pacientes dejen de realizar toda la fisioterapia que estén haciendo para mejorar, ya que ya no es necesaria, aunque aquí no estoy tan de acuerdo.

    Te soy honesto, me costó mucho cambiar mi forma de pensar respecto a mi Síndrome de Dolor Crónico Pélvico / Prostatitis.

    Sin embargo, gradualmente comencé a ver que realmente no tenía nada que perder. Cuanto más leía, más entendía y aceptaba el diagnóstico y más valiente me volvía. En poco tiempo, me sorprendí incluso a mí mismo con todas las cosas que había reintroducido y desterrado de mi vida. Ha sido necesario un poco de prueba y error, ajustarme y adaptarme, pero ahora soy mucho más activo físicamente que en medio de mis días llenos de dolor. Todavía tengo masajes, pero más por el mero placer que por una curación. No he necesitado fisioterapia durante más de dos años y los dolores y molestias menores que he tenido en el camino se resolvieron cuando recordé los principios básicos que aprendí del Dr Sarno.

    4. MIS PENSAMIENTOS FINALES


    * El Dr. Sarno deja en claro a lo largo de Healing Back Pain que cree que el diagnóstico de TMS solo debe realizarlo un médico capaz de reconocer los “componentes físicos y psicológicos de la afección”. Él recomienda que cualquier persona que experimente dolor físico persistente debe ser examinada minuciosamente para descartar trastornos graves. Una vez que se realizan las pruebas y los exámenes adecuados, y el tratamiento no ha dado lugar a la resolución de los síntomas, puede resultar apropiado considerar la TMS como un diagnóstico alternativo, que requiere un tratamiento muy diferente.